Lamentations 1

Capítulo 1

Tristezas de Sión

1
Cada capítulo en Lamentaciones, excepto el quinto, es un acróstico en el texto Heb.
¡Cómo yace solitaria

La ciudad b de tanta gente c!

¡Se ha vuelto como una viuda d

La grande entre las naciones!

¡La princesa entre las provincias e

Se ha convertido en tributaria f!
2Llora amargamente en la noche,

Y le corren las lágrimas por sus mejillas.

No hay quien la consuele g

Entre todos sus amantes h.

Todos sus amigos la han traicionado,

Se han convertido en sus enemigos i.
3Judá ha ido al destierro bajo aflicción

Y bajo dura servidumbre j.

Ella habita entre las naciones,

Pero no halla descanso k;

Todos sus perseguidores la han alcanzado

En medio de la angustia l.
4Los caminos de Sión están de luto,

Porque nadie viene a las fiestas solemnes m.

Todas sus puertas están desoladas n;

Gimen sus sacerdotes,

Sus vírgenes están afligidas o,

Y ella misma está amargada p.
5Sus adversarios se han convertido en sus amos,

Sus enemigos prosperan,

Porque el Señor la ha afligido

Por la multitud de sus transgresiones q;

Sus niños han ido cautivos

Delante del adversario.
6De la hija de Sión se ha ido

Todo su esplendor.

Sus príncipes son como ciervos r

Que no hallan pasto,

Y huyen s sin fuerzas

Delante del perseguidor.
7Jerusalén recuerda en los días de su aflicción y de su vagar
O sufrimiento.


Todos sus tesoros

Que existían desde los tiempos antiguos u,

Cuando su pueblo cayó en mano del adversario

Sin que nadie la ayudara v.

Al verla sus adversarios,

Se burlaron de su ruina w.
8En gran manera ha pecado Jerusalén,

Por lo cual se ha vuelto cosa inmunda x.

Todos los que la honraban la desprecian y

Porque han visto su desnudez,

Y ella gime z y se vuelve de espaldas.
9Su inmundicia está en sus faldas aa;

No consideró su futuro ab,

Por tanto ha caído ac de manera sorprendente;

No hay quien la consuele ad.

«Mira, oh Señor, mi aflicción ae,

Porque se ha engrandecido el enemigo af».
10El adversario ha extendido su mano

A todos sus tesoros;

Ciertamente ella ha visto a las naciones entrar en su santuario ag,

A las que Tú ordenaste

Que no entraran en Tu congregación ah.
11Todo su pueblo gime buscando pan ai;

Han dado sus tesoros a cambio de comida

Para restaurar sus vidas aj.

«Mira, oh Señor, y observa

Que me están despreciando ak».
12«Ustedes, todos los que pasan al por el camino, ¿no les importa esto?

Observen y vean si hay dolor como mi dolor,

Con el que fui atormentada,

Con el que el Señor me afligió el día de Su ardiente ira am.
13»Desde lo alto Él envió fuego

Que penetró en mis huesos an.

Ha tendido una red ao a mis pies,

Me ha hecho volver atrás;

Me ha dejado desolada,

Desfallecida ap todo el día.
14»Atado ha sido el yugo de mis transgresiones aq,

Por la mano del Señor han sido entrelazadas,

Han caído sobre mi cuello ar.

Él ha hecho que me falten las fuerzas;

El Señor me ha entregado en manos

Contra las cuales no puedo resistir as.
15»A todos mis valientes ha rechazado el Señor

De en medio de mí at;

Ha convocado contra mí un tiempo determinado au

Para quebrantar a mis jóvenes av;

El Señor ha pisoteado, como en un lagar,

A la virgen hija de Judá.
16»Por estas cosas lloro yo;

Mis ojos derraman agua aw,

Porque lejos de mí está el consolador ax,

El que reanima mi alma.

Mis hijos están desolados

Porque ha prevalecido el enemigo».
17Sión extiende sus manos;

No hay quien la consuele ay.

El Señor ha ordenado contra Jacob

Que los que lo rodean sean sus adversarios az;

Jerusalén se ha vuelto cosa inmunda en medio de ellos ba.
18«El Señor es justo bb,

Pues me he rebelado contra Su mandamiento bc.

Oigan ahora, pueblos todos,

Y vean mi dolor bd:

Mis vírgenes y mis jóvenes

Han ido al cautiverio be.
19»Llamé a mis amantes, mas ellos me han engañado bf.

Mis sacerdotes bg y mis ancianos han perecido en la ciudad,

Cuando buscaban alimento para sí a fin de restaurar sus fuerzas bh.
20»Mira, oh Señor, que estoy angustiada;

Hierven mis entrañas,

Mi corazón se revuelve dentro de mí bi,

Porque he sido muy rebelde bj.

En la calle la espada me deja sin hijos,

En la casa es como la muerte.
21»Han oído que gimo,

Pero no hay quien me consuele.

Todos mis enemigos han oído de mi mal,

Se regocijan de que Tú lo hayas hecho bk.

¡Oh, si Tú trajeras el día que has anunciado,

Para que sean ellos como yo bl!
22»Venga toda su maldad delante de Ti,

Y trátalos como a mí me has tratado bm

Por todas mis transgresiones;

Porque son muchos mis gemidos y desfallece mi corazón».
Copyright information for NBLA